Si no me digo la verdad a mi mismx, como la vivo?

Juliette Chevalier
4 min readAug 7, 2019

Que refrescante y estresante puede ser la honestidad.

Todo empieza con aquel secreto que no le decimos a nadie pero que regula como nos comportamos todo el tiempo.

Tratar de vivir honestamente es aceptarnos esas respuestas a las que te lleva la mente inmediatamente cuando le haces las preguntas difíciles. Es enfrentarnos no con la que respuesta que te repites mil veces para convencerte. La otra..

Esa duda que siempre has tenido en tu código moral que te da pena admitir, porque el resto piensa diferente o por el famoso “qué dirán”. Esa pequeña mentirilla que inventaste para tapar lo que en verdad piensas, porque llevas años queriendo cambiar la persona en la que te has convertido. Esa verdad incomoda que no quieres enfrentar, porque aceptarla significa que tienes que hacer un cambio radical en tu vida.

Toca enfrentarse con esa voz interna que no siempre está feliz o estable pero que siempre está ahí, la única que realmente te conoce y la unica que te puede dar felicidad auténtica y sostenible.

Lo interesante es que incluso sabiendo los beneficios de poder conectar con nuestra intuición y ser la versión más auténtica que podemos ser (esa confianza que irradia ese humano sin darse cuenta; esa energía de aquella persona quien con su presencia ilumina un cuarto), nos cuesta darle espacio a esa vocecita por pena, miedo, inseguridad.. Y con el pasar del tiempo y sin darnos cuenta naturalmente las tapamos con otra mentirita blanca, otro escape, otra distracción.

El celular, Netflix, el alcohol, la droga, esa relación tóxica de la que no puedes salir, esa grosería que sin querer le zampaste a las personas que más quieres, el bochinche que no paras de regarle a todo el que te encuentres. Todos son síntomas, reflejos de una inseguridad personal, un miedo a una verdad que no queremos confrontar, un paso que nos da pavor tomar.

Y un buen día, después de tanto taparla, explotas. Porque lo que se nos olvida es que nuestros sentimientos tienen reacción física. Cuando nos gusta alguien nos da maripositas, cuando estamos triste lloramos, y cuando cargamos con mucho estrés y ansiedad nos enfermamos.

Si eres suficientemente afortunado de no llegar hasta el punto de explosión, es porque antes te diste cuenta que solo tú tienes el poder de hacer algo al respecto y empezaste. Muy probablemente en ese momento te diste cuenta que tus problemas vienen más que nada de obstáculos mentales que no habías podido romper y sanar, y que tienes que dejarlos ir para apostar por ti mismx y escribir tu propia historia.

Y es que en el momento en el que te atreves a ser honestx contigo mismx, ahi es cuando realmente empiezas a vivir en abundancia.

Ser honestx contigo te permite ser honestx con los demás. Y cuando eres honestx sobre como te sientes y lo que piensas, tomas mejores desiciones porque sabes lo que realmente te mueve. Por esa puerta de honestidad entra la abundancia de energía positiva, empoderante y atrevida, y entra como avalancha en todos los aspectos de tu vida.

Más bonito aún: puedes transmitir más claramente quien eres a otros, y empiezas a atraer a más gente conectada con tu misión y tu camino.

Le pierdes el miedo a la vulnerabilidad porque te das cuenta que todos tenemos que estar pasando por lo mismo y empiezas a abrirte con los demás y crear relaciones más profundas. Empiezas a poder entender a la gente mejor y a sus patrones, y estos te ayudan a ver cuando tú también los haces.

De repente te das cuenta y estas en el comienzo del proceso de nuevo, preguntándote preguntas difíciles a ver qué encuentras adentro. Todos los días. Por el resto de la vida.

Por que conocerse debe ser un interrogatorio constante. La duda es lo que fortalece los pensamientos que realmente conectan con quien eres y se encarga de sacar aquellos superficiales que no son tuyos ni están conectados con tu verdad.

Pero la duda no es suficiente si no va acompañada de una respuesta honesta. Y no podemos ser honestos con nosotrxs mismxs si primero no nos aceptamos tal y como somos, con la respuesta que venga. Crear un espacio de pensamiento que sea lo suficientemente seguro para atrevernos a admitirnos las cosas es igual de importante que preguntarnos constantemente.

Por miedo a llorar, a ser vulnerables y a que nos juzguen, no nos expresamos y no nos dejamos sentir la ola de sentimientos que viene al realizar que, tal vez, el trabajo para el que has trabajado por tanto tiempo ya no es lo que quieres. O que tu pareja no era como pensabas que era. O más dificil aún, que no estas en el lugar donde pensaste que ibas a estar en tu vida.

Ser honestos viene con el costo de sentir y con la posibilidad de tener que hacer un cambio. Ese es el gran reto. Si soy honestx conmigo mismx y descubro una verdad que no me gusta, siempre tengo dos opciones: o me cambio o la ignoro. En ignorar está la posibilidad de explosión a largo plazo. En adaptar y cambiar, la incertidumbre de como sería mi vida con este nuevo hábito, el miedo a lo que puede traer ese cambio y la inseguridad sobre que dirían los demas cuando me vean así. Y cuando menos te diste cuenta, empezamos de nuevo.

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Juliette Chevalier

software engineer 👩🏻‍💻 programming teacher 👩🏻‍🏫 weekly newsletter: https://newsletter.juliet.tech